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Cómo interpretar a los poetas románticos

 Sin ánimos de ofender a mi público femenino  (o masculino, ¿Por qué no?),  vengo a sacarle la careta a aquellos que se llaman poetas románticos. Más allá del innato rechazo que les tengo a los poetas melosos, hoy vengo a ponerle subtítulos a los poemas “románticos” que al parecer expresan una profunda ternura, una dulzura no apta para diabéticos, una complejidad metafórica deslumbrante y demás atributos que se les suele conceder a este tipo de poemas, pero que en realidad, por lo general, sólo son una manera encubierta de decir que un tipo está muy caliente.
Por ejemplo:


Regálame una noche de amor entre tus brazos,
Concédeme la dicha de verte hoy a mi lado.
Tan sólo por minutos te pido la ilusión,
De sentir que me amas como lo hago yo.

No ocultes tus deseos pensando en “tal vez”.
Cuando me encuentre lejos de ti, me olvidaré.
Estréchame tu mano, camina junto a mí.

Son cosas tan sencillas que me hacen muy felíz.
Cambio por un instante de tu amor y pasión,
La angustia que me invade mil noches de dolor.

Te brindo con ternura, mi amante corazón,
Pero... regálame sólo una noche
sintiendo tu calor.

Anónimo

Pareciera lindo a primera vista, de hecho en el momento ideal en el lugar propicio, entonado y enunciado de manera correcta a la mujer indicada, es un poema al que si le sacamos las rimas puede ser una gran peaje para, más tarde, mojar el bizcocho. Pero es sólo por el grado de complejidad paralingüística que posee el poema (que en sí es una cagada) pues, si prestamos atención  línea por línea, podríamos entender lo siguiente:

Regálame una noche de amor entre tus brazos

No seas forra, dame bola una noche nada más

Concédeme la dicha de verte hoy a mi lado.

Daaale. Copate.

Tan sólo por minutos te pido la ilusión de sentir que me amas como lo hago yo.

No te ortives. Es un toque nomas. Además creo que vos tenes tantas ganas como yo.

No ocultes tus deseos pensando en “tal vez”.

No seas histérica, decime si si o si no, no me digas “tal vez”.

Cuando me encuentre lejos de ti, me olvidaré.

Cuando no estés me voy a ir con otra, no sos tan importante

Estréchame tu mano, camina junto a mí.

Dame la mano y vamos pa’ lo oscurito (guiño guiño)

Son cosas tan sencillas que me hacen muy feliz.

Soy un tipo muy básico, me conformo con boludeces

Cambio por un instante de tu amor y pasión, La angustia que me invade mil noches de dolor.

Por un rapidito con vos, me olvido de que soy un garrón

Te brindo con ternura, mi amante corazón,

Te ofrezco toda mi viril calentura

Pero... regálame sólo una  noche sintiendo tu calor.

Pero… no te comas el viaje,  es esta noche nada más

Ustedes dirán, bueno con poetas arjoneros, tan meloso que ya es medio grasa, es de esperarse que en el trasfondo de tanta ornamentación y maquillaje de las palabras se encuentre escondida una propuesta indecorosa de un pajero calentón.  Pero también puede verse un mensaje de esta índole en hermosos poemas de talentosísimos escritores como lo fue el chileno Pablo Neruda.
 Más de uno va a querer colgarme de los huevos en lo alto de un balcón con lo que le voy a hacer a Neruda, pero es indiscutible que entre las líneas de este poema, podemos encontrar a un tipo muy egoísta y que la mina no le importa tanto como sugieren sus palabras:

Me gustas cuando callas porque estás como ausente, 
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. 

Me gusta cuando te hablo y te haces la boluda

Parece que los ojos se te hubieran volado 
y parece que un beso te cerrara la boca. 

Te fumaste un porro, tenes los ojos escrachados y encima sólo hablas boludeces. 

Como todas las cosas están llenas de mi alma 
emerges de las cosas, llena del alma mía. 

Soy yo, no importa lo que seas vos mientras seas como yo

Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, 
y te pareces a la palabra melancolía. 

Morocha hermosa, algo en común tenemos loca, pero igual sos un bajón
. 
Me gustas cuando callas y estás como distante. 
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. 
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: 
Déjame que me calle con el silencio tuyo.
 

 Me gusta cuando te haces la que no me das bola, o te haces la histérica, morocha hermosa
Y me escuchas desde la cocina cuando lavas los platos y el ruido del agua no te deja escucharme.
Poneme cara de culo, para que me calle con vos.

. 
Me gustas cuando callas porque estás como ausente. 
Distante y dolorosa como si hubieras muerto. 
Una palabra entonces, una sonrisa bastan. 
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Me gusta cuando te vas a la mierda y puedo ver a Boca tranquilo
Pero me quedo tranqui si me tiras un texto para que sepa que está todo bien.

Pablo Neruda

**LauCHa**