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Herencia Genética

Luego de una ardua investigación dirigida por el Instituto Lauchiano de Investigación, hemos descubierto que la mujer goza de una ventaja infinitamente superior en relación con el hombre en lo que refiere a la herencia genética. Es decir, la mujer tiene más posibilidades de heredar su material genético a la próxima generación que los hombres. Dicho de otro modo, es más probable que una misma mujer tenga varios hijos con muchos hombres (haciendo que cada hijo tenga un 50% de información genética de susodicha mujer) a que un hombre tenga varios hijos con distintas mujeres (esto siempre hablando de la reproducción sexual, o sea, sin probetas, tubos de ensayo y demás materiales de laboratorio de por medio).
 Para llegar a esta conclusión el Departamento de Experimentos Sexociológicos, realizo unas experiencias utilizando como laboratorio el espacio cotidiano en el que todos realizamos nuestras vidas (calles, boliches, salas de clase, etc.) y planteándose como premisa “Una mina tiene más chances de coger que un chabón”, se decidió ubicar un sujeto en el medio de una plaza, a dicho sujeto se le ordenó que grite muy fuerte y repetida veces la siguiente frase:“Quiero coger!!!!”


















El resultado del experimento consistió en una constante carcajada de 7,5 minutos de 15 personas que se encontraban tomando mate en la plaza, el padre de la iglesia de en frente a la plaza se tapó los oídos y una madre hizo lo propio con su hijo. El sujeto del experimento lleva 3 años de terapia psicológica, medicado con psicofármacos y hace tiempo que no le habla a nadie.
 No se pudo realizar esta experiencia nuevamente con otro sujeto debido a que el comité bioético del Instituto Lauchiano mandó una normativa al Departamento de Experimentos Sexociológicos que decía: “Se fueron al carajo muchachos, traumaron al pobre pibe. No sean pelotudos”

Por otro lado, la segunda parte del experimento consistió en ubicar a una chica en la misma plaza y se le dio la misma instrucción: 



















La segunda parte del experimento dio por resultado una estampida de 13 pibes que se abalanzaron sobre la chica, culminando en una orgía al aire libre en la que participaron- además de la muchacha- 13 pibes de los cuales 4 eran artesanos que estaban vendiendo cosas en la plaza, 1 de esos africanos que venden anillitos, 3 dejaron a sus novias en ese preciso momento para unirse a la fiesta y un cura apareció en la foto, pero no podemos asegurar qué hizo después de perderse en la estampida. La chica del experimento terminó muy despeinada y se fue a su casa con 13 números nuevos agendados en su celular. Hoy en día tiene un hijo de herencia sudafricana.


Debimos abandonar los experimentos en la plaza  ya que nuevamente el Instituto Lauchiano tomó cartas en el asunto y le propuso al Departamento Sexociológico que realice sus actividades en otro medio, así de este modo, el estudio comprueba que la plaza no influía en el resultado. El comunicado decía: “Loco, les dije que no sean pelotudos y hacen una orgía en la plaza y para colmo no avisan. Vayan a hacer giladas a otro lado que el municipio ya no nos deja juntarnos ahí.”  

De este modo, la experiencia en la plaza nos demostró que una mujer al gritar con ganas sus deseos de procrear, tiene más posibilidades de heredar su material genético que el hombre haciendo lo mismo, puesto que de 13 sujetos, sólo uno le dio la mitad de su información genética, siendo que la muchacha aun puede tener hijos con otros hombres y al negro puede que le cueste conseguir otra mujer tan fácil, de hecho él junto con los otros 12 participantes de la orgía todavía rondan por la plaza esperando una oportunidad igual.

 Fue entonces cuando al Departamento de experimentos Sexociológicos se propuso analizar la conducta de los hombres y de las mujeres en un boliche, debido que el boliche actúa como una caldera hormonal en donde la testosterona y los estrógenos forman un guiso de lujuria (de ahí la expresión “revolver el guiso” cuando se hace alusión al coito).  

Sabíamos que era arriesgado realizar la misma experiencia de la plaza en el boliche, de modo que se nos ocurrió pobrar con algo distinto. Esta vez el experimento consistió en mandar a un hombre a “tocarle la cola” a cuan muchacha pueda y ver cuantas daban una reacción positiva, de este modo veríamos que tan probable es que un hombre se acueste con una mujer siendo un “seductor violento”















De 35 mujeres solo una no le devolvió un gancho de izquierda al mentón de nuestro hombre. La única que no le pegó así le hizo una llave doble Nelson y nuestro sujeto ahora está en coma con la espalda quebrada en tres partes. Quedó más que demostrado que un hombre siendo directo, es muy difícil que pueda llevarse a una mujer a la cama.

La segunda parte de este experimento consistió en lo mismo, sólo que esta vez una mujer debía “tocarle la cola” a cuan hombre se le cruce, siendo el objetivo el mismo: ver cuantos hombres daban una positiva a tal acción.


















De 146 hombres que participaron de la experiencia 50 le juraron amor eterno a nuestra enviada, no sin antes darle un baboso, inesperado y desagradable beso de aliento a borracho. Todos los demás le dijeron cosas como “Ahora me toca a mi morocha” y devolvieron el gesto grotescamente. Dejamos así demostrado que el hombre no sólo participa menos que la mujer en lo que concierne a la cantidad de material genético que hay en la deriva genética de nuestra especie, sino que además es un pobre imbécil desesperado.

Se llego a la conclusión de que un hombre cuenta con pocas posibilidades en el boliche, debido a que hay muchos hombres, y por lo general las mujeres no están con más de un hombre en una noche. Aun así entre todos los hombres que están en el boliche pudieron distinguirse tres categorías:


Categoría 1: Hombres que forman parte de un enjambre de pelotudos que planean estar con cierta mujer































Como podemos apreciar en la imagen, esta mujer tiene la posibilidad de darle su material genético a la próxima generación con cualquiera de los especímenes que la rodean, mientras que el hombre debe competir con el resto de sus pares para poder depositar la mitad de su material en la mujer, la desventaja para el macho es que la mujer elige. (La estrategias que utiliza el hombre en estos casos pueden verse en el informe del Instituto Lauchiano de investigación: Homo chamullerus, en este blog)

Categoría 2: Hombres que forman  parte de un conglomerado de pelotudos que se quedan re manija porque no pudieron estar con ninguna, se van a su casa y hacen vaya a saber qué.























Estudios de la Universidad de Denver, Colorado llama pichones (little birds)  a estos sujetos, que tras de buscar y buscar, no lograron nada. Pero de seguro la chica a la cual le insistieron, se fue con uno que –obviamente- no está en ese grupo. Entonces podríamos decir que de cada tres pichones que vuelven a su casa a dormir, una mujer se va a dormir con un cuarto chico que no se va a dormir solo. Calculando que en un boliche entran 500 personas, digamos que hay 300 hombres y 200 mujeres, eso hace a  75 mujeres que tuvieron la oportunidad de heredar su información a la continuidad de la raza humana. Por lo tanto, veamos, si en una masa de 200 mujeres 75 cogen seguro y en una masa de 300 hombres, sólo 75 se van con la chica, claramente la mujer es más propensa a pasar una noche de sexo que un varón en un 55.5% de las noches de joda.


Categoría 3 : Hombres que se pasan la deriva genética por el forro de las pelotas y por lo tanto no se calientan en estar con una mujer y hacen pelotudeces con sus amigos.  




















Como vemos en la imagen son pibes que ven el boliche como centro de recreación y no de seducción. Por lo tanto se ahorran la frustración que sufren los pichones, puesto que van al boliche sin más objetivo que el de pasarla bien con sus amigos.
 Por lo tanto si le sumamos estos hombres que no tienen intención de participar en la variabilidad genética de nuestra especie, a los hombres que si quieren pero que no pueden debido a que no pueden alcanzar la atención de una mujer por distintas variables, afirmamos que las mujeres aportan más genes que los hombres en el mapa genético de la población mundial de humanos.

Conclusión: Una mina tiene más chances de coger que un chabón.  Es así… Pichón.
                    


**LauCHa**

Inspirado por un texto de Niko Morales (mi primo)



7 comentarios:

pocho fernando la pantera. dijo...

Categoria 3 FTW.

jajajajjaaj muy buena laucharinas.

Anónimo dijo...

genial el estudio!!!!! es así, realmente.
A mí una vez me dijeron "en un blocihe, la mina coje primero que el hombre, siempre" y es así.
Un beso enorme!

Vincent Vega dijo...

XX XY. Y encima hay mas posibilidades de que esa mujer tenga mas hijas mujeres, por eso tendria que ser al reves esto, nosotros somos minoria y cada vez menos y menos segun pasen las generaciones.

Macarena Anahí (laucha's fan) dijo...

jajaja! muy buena!! me cague de risa Laut! ademas siempre avalada por datos, confiablee... me mata eh, me matan los dibujos eh! ja! muy graficos por cierto, je... (¿lo que le caia a los chicos era baba?? jajaja)... Gracias amigo! espero nueva nota!

Charla dijo...

moooooyyyyy buenoooo!!! queda empíricamente comprobado que las minas hacemos lo que se nos venga en gana siempreeeee

te amo laucha, ya tengo la bincha con tu nombre y el bichito del blog pintado en la carteraaaaa

martina tolosa dijo...

jajajajaa , impecableeeeeee

chu dijo...

“Loco, les dije que no sean pelotudos y hacen una orgía en la plaza y para colmo no avisan. Vayan a hacer giladas a otro lado que el municipio ya no nos deja juntarnos ahí.”

jajajajaja.. muy profesional de parte del equipo directivo=P.. buena onda trabajar en un lugar asi!!
muy buena la división categórica de los flacos en el boliche!! bastante cierta!!

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